Pensar en pacifismo
Cuando pensamos en el pacifismo, a veces abandonamos reflexionar profundamente sobre él. Porque es una idea abstracta, poco realista y difícil llegar a una conclusión. No es que haya una única solución ni una única respuesta. Aunque sabemos la importancia de la paz y todo el mundo la desea, es un tema demasiado complicado y agobiante. Por eso, voy a pensarlo desde el punto de vista en el que yo estoy ahora y la situación que rodea nuestro país.
En la Constitución japonesa, hay un artículo sobre nuestro pacifismo, es decir el artículo 9. En sus textos, está escrito que Japón renuncia formalmente a la guerra como derecho soberano y prohíbe la resolución de disputas internacionales a través del uso de la guerra. Y también, para cumplir estos objetivos, no se podrá disponer unas Fuerzas Armadas. Estoy tan orgullosa de que tengamos este artículo y nunca hayamos participado en la guerra por más de 70 años.
Pero la situación es más complicada porque Japón sí dispone “fuerzas de autodefensa”. No es fácil explicar la diferencia entre Fuerzas Armadas y las de Japón. Nuestro ejército se usa sólo cuando otros países nos atacan para proteger al pueblo. Y nunca se usa como herramienta de ataque o invasión. La verdad es que su papel principal es ayudar al pueblo cuando los desastres naturales ocurren porque los principales enemigos para nosotros son terremotos , tsunamis, volcanes, etc.
Dicho esto, la definición de “autodefensa” es vaga y se puede interpretar de varias formas. Por ejemplo, dicen que los barcos chinos siempre entran a las aguas territoriales de Japón. Pero hasta ahora, no podemos usar armas contra ellos según nuestra Constitución. También, hay una amenaza de Corea del Norte que desarrolla los misiles nucleares pero tampoco debemos atacar a este vecino porque todavía no hemos recibido un daño directo. Nos hemos atado a nosotros mismos estrictamente con el artículo 9.
Siempre ha habido una discusión entre si mantenemos este artículo, cambiarlo o al menos cambiar la interpretación de los textos. Tal vez en el futuro cercano, tendremos un referéndum por la reforma del artículo. Estoy en contra de que Japón tenga las Fuerzas Armadas como otros países. Insistir en el pacifismo sólido, es decir que nunca participar en la guerra, tiene más valor que disponer de ejércitos y usarlos como una solución del conflicto. Para proteger nuestra pacifismo, tenemos el derecho de decir a todos los países que busquen la manera de no depender de unas Fuerzas Armadas, y creo que será posible.
Sin embargo, hay otro problema. Japón está bajo el paraguas nuclear de los Estados Unidos. Por eso ni siquiera participa en el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares. Tenemos mucha contradicción con respecto a nuestro pacifismo. Aunque tenemos una Constitución estricta, estamos dependiendo de las Fuerzas Armadas estadounidenses. Y a pesar de que dos bombas atómicas nos hicieron mucho daño durante la Segunda Guerra Mundial, les permitimos que posean y desarrollen armas nucleares.
Actualmente, la situación en Asia es inestable. Estábamos mirando cómo desapareció la democracia en Hong Kong tan rápidamente. Y ahora en Myanmar, el ejército les quitó la vida tranquila. El gobierno chino trata de controlar otros países y su pueblo también con más fuerzas cada año y dicen que apoyan otras dictaduras. A veces nos dicen que con la tecnología que Japón tiene, no será difícil oponerse a China con armas. Y es verdad que nuestro país tiene técnicas para crear armas nucleares. Pero en mi opinión, nunca debemos tomar una medida tan agresiva para enfrentar esta situación. El pacifismo no es algo que se muestra a través del uso de armas, sino por su postura, por su pensamiento y por su actitud con voluntad fuerte, puede afectarles poco a poco. Creo que las palabras en la Constitución japonesa mantendrán sus valores en Japón, en Asia, en todo el mundo. Si el día del referéndum viene, no desperdiciaré mi voto.
Lo que me preocupa es que no muchos japoneses piensan sobre el pacifismo serio. La indiferencia puede ser una causa de todo tipo de problemas como pobreza, desigualdad, discriminación, incluso masacre o guerra. Creo que fue Ortega y Gasset quien escribió que las masas ya abandonan reflexionar, juzgar o actuar con independencia. No es que la sociedad se vuelva mejor por una sola persona genial. El mundo estará mejorando o al menos empezará a cambiar cuando tratemos los problemas que nos rodea como las cosas nuestras. Cuando siento la indiferencia del pacifismo entre nosotros, se me produce inquietud.
Uno se da cuenta del valor del aire en el momento en que se ahoga. Ya los japoneses están acostumbrados al estado pacifico que nos rodea y ni siquiera intentamos pensar en lo precioso y frágil que es. El pacifismo no es una idea que nos dan u obligan, sino lo que creamos y cultivamos.
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