Más importante que las reglas
En marzo, hubo un suceso muy triste en Japón. Una mujer de Sri Lanka murió mientras estaba detenida en una instalación de inmigración.
Desde enero, su estado de salud estaba muy malo y en sus últimos días, ni siquiera pudo comer ni hablar. Perdió 14 kilos y estaba muy claro que necesitaba cuidados en el hospital. A pesar de eso, la Dirección de Servicios de Inmigración no admitió su liberación ni que recibiera un goteo intravenoso en el hospital, sólo fue examinada por médicos.
Su nombre era Wishma Sandamali y vino a Japón hace cuatro años. Su sueño era crear una escuela en su país y estaba aprendiendo japonés en la escuela de Japón. Sin embargo, perdió el estatus de residencia y estaba detenida en unas instalaciones de inmigración en Nagoya desde agosto del el año pasado.
Hasta ahora, la Dirección de Servicios de Inmigración no ha tratado de clarificar la verdad. Hay tantas discrepancias entre los informes de la Dirección y los registros de su médico en febrero. Su familia está llena de tristeza y rabia.
Cada vez que escucho noticias tristes como esta, siempre me siento igual. ¿Existe una regla más importante que la vida? ¿Por qué no se pueden cambiar las reglas con flexibilidad? ¿Por qué se pone la prioridad en las reglas y no en los Derechos Humanos en este país?
A los japoneses les gusta obedecer las reglas. Me parece que no romperlas es la primera prioridad para ellos y en lo que no son buenos es en actuar con flexibilidad. Incluso en la escena que requiere una decisión urgente, abandonan a pensar por sí mismos. En mi opinión, tienen miedo de romper las reglas y ser culpados. No quieren ningún problema, sólo piensan en sus propias vidas, en la sociedad sin diversidad, sin tolerancia, con paz falsa.
Hay un japonés que yo admiro mucho. Chiune Sugihara, él fue quien más desobedeció al gobierno japonés y quien salvó más vidas. Durante la Segunda Guerra Mundial, él trabajaba en el Consulado General de Japón en Lituania. En ese tiempo, Japón era un aliado de Alemania. A pesar de eso, seguía escribiendo miles de visados para que los judíos huyeran y escaparan de la persecución nazi, ignorando órdenes del Ministerio de Relaciones Exteriores, sacrificando su futura carrera.
Que yo sepa, él es el mejor japonés que ignoró los órdenes del gobiernos desde el punto de vista humanitario. Dejó unas palabras diciendo que lo que había hecho era algo natural, nada especial. El hombre bueno no obedece las reglas tontas sino que decide sus acciones por su propia idea.
Afortunadamente, cuando era estudiante, tuve la oportunidad de ver a la mujer de Chiune y escuchar su experiencia durante la guerra. Ella también había experimentado muchas dificultades. Ya muchos japoneses jóvenes ni siquiera saben el nombre de Chiune. ¿Hay algunos japoneses que pueden actuar como él ahora?
Estos días, mucha gente parece que no quiere estar involucrada en los problemas que no les afecta directamente a ellos. La indiferencia puede tener tanto poder como la violencia. Ignorar es igual que actuar con violencia.
Las reglas serán útiles para hacerles obedecer sin reflexionar por sí mismos. Actuar según las reglas será justo, pero “justo” no siempre significa “bueno”. Y a veces, ser bueno requiere más coraje, energía y esfuerzo que ser justo. Creo que cuando mucha gente en Japón trate de ser bueno en vez de ser sólo justo, estos tipos de sucesos tristes disminuirán.
El consul español en Budapest (Hungría) ambas naciones aliadas / amigas de Alemania, Don Ángel Sanz Briz, se comportó igual que el señor Sugihara.
ResponderBorrarHay película y libro si le interesa.
Le llamaban "El ángel de Budapest".
No lo sabía! Muchas gracias por su información. Voy a buscar esta película.
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